Países Latinoamericanos que permiten la observación electoral
En
América Latina, la observación electoral es común y esta institucionalizada en
la mayoría de estas naciones. Entre ellas se destacan:
- México: La observación electoral es permitida y recibe el nombre “Visitantes extranjeros” y está regulada por el Instituto Nacional Electoral (INE), que establece requisitos y procedimientos específicos para la acreditación de observadores tanto nacionales como internacionales.
- Colombia:
La Regiduría Nacional del Estado Civil, quien permite y regula la observación a través
de normas claras y precisas.
- Perú: La
Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), supervisa la acreditación y operación
de los observadores electorales.
- Argentina:
La Cámara Nacional Electoral facilita la participación de observadores
electorales internacionales, que son llamados “acompañantes”. Quienes se
comprometen a promover la transparencia del proceso electoral.
- República Dominicana:
La Junta Central Electoral (JCE), es quien establece los mecanismos y normas
para la observación electoral, tanto nacional como la internacional. La nacional,
a través de la Dirección General de Elecciones, y la internacional por la Coordinación
de Asuntos Internacionales.
- En El Salvador y Guatemala:
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), en estas naciones Centroamericanas, son los organismos encargados de otorgar
las acreditaciones correspondientes para la observación electoral, y esta se sustenta
por un Reglamento interno, el cual esboza los requisitos básicos para la observación
de los procesos electorales..
- Ecuador: En esta nación andina, el Consejo Nacional Electoral /CNE), es la autoridad competente para el otorgamiento de las acreditaciones correspondientes para la observación electoral y esta se ciñe por normativas legales aplicadas para esos fines.
Legislación y compromiso del observador electoral
La
observación electoral está regulada por marcos legales específicos que cada país
establece, pero que deben de estar sustentados en las normas y estándares internacionales.
Los compromisos y responsabilidades de los observadores incluyen:
- Imparcialidad:
Los observadores deben mantener una actitud neutral, sin favorecer a ningún partido
o candidato.
- Respeto a la soberanía:
Los observadores deben respetar las leyes y regulaciones del país anfitrión, así
como su soberanía.
- Confiabilidad:
Deben tratar la información confidencial con discreción y no interferir en el
proceso electoral.
- Informe de hallazgo:
Es obligación de los observadores documentar sus hallazgos y emitir un informe
que reflejen sus observaciones objetivas y recomendaciones para mejorar futuros
procesos electorales.
Según
la Organización de Estados Americanos (OEA), los observadores deben adherirse a
principios de objetividad, independencia, transparencia y cooperación con las
autoridades electorales locales. (OEA, 2006 p. 35). Además, el código de
Conducta para Observadores Electorales de la unión Europea (UE 2008) resalta la
importancia de la profesionalidad y la precisión en la observación y reportes de
las actividades electorales (p. 42)
En conclusión, la observación electoral es un pilar como ya hemos indicado. El cual es esencial para fortalecer la democracia y la de asegurar elecciones libres y justas. La participación de observadores contribuye a la transparencia y confianza en los procesos electorales, ya que promueve la mejora continua de los sistemas electorales y fomenta la participación ciudadana. En América Latina, la observación electoral está bien regulada y apoyada por marcos legales y compromisos que aseguran su eficacia y credibilidad.